Enfermedades del Oficio


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Enfermedades del oficio
Las tendinitis, contracturas y dolores de espalda son el motivo más frecuente de incapacidad
laboral temporal; trabajos repetitivos y PC son la causa más común | El gremio de la salud es el
que tiene más cantidad de certificaciones, según BPS; los maestros relatan angustia, padecen de
disfonía y el 10% toma somníferos.
CATERINA NOTARGIOVANNI
Ganarse el pan, ocho horas diarias como mínimo, puede traer muchas satisfacciones profesionales, es
cierto. Pero también acarrea insospechados problemas en la salud. O prevenibles, como en varios
trabajos donde se observan los mismos males, una y otra vez, cuando se trata de realizar igual tarea.
Como ejemplo, basta saber que quienes deben permanecer mucho tiempo de pie, probablemente sufran
trastornos venosos crónicos. Y, vaya paradoja, quienes trabajan sentados frente a un monitor durante
horas, también tienen mayores probabilidades de males como padecer fatiga visual y problemas
ostemioarticulares (contracturas, tendinitis, dolores de espalda). Misma problemática (sobre todo la
tendinitis) afecta a quienes ejecutan tareas repetitivas, como las cajeras de supermercado o los
profesores de educación física.
Para quienes cumplen su labor diaria en el área de la salud, los riesgos más comunes son los accidentes
corto-punzantes y la carga psíquica de trabajar con personas enfermas o de riesgo de muerte; mientras
que quienes realizan labores rurales deberán lidiar con las consecuencias de estar expuestos a la
intemperie, a los plaguicidas y a problemas de columna causados por posturas forzadas.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), más de 2 millones de personas mueren
anualmente a causa de accidentes o enfermedades relacionadas con el trabajo (se calcula que por año se
registran 270 millones de accidentes en el trabajo y 160 millones de casos de enfermedades
profesionales en el mundo). La misma organización estima que alrededor de un 4% del Producto Bruto
Interno anual del mundo (US$ 1,25 billones) "se pierde en gastos directos e indirectos derivados de
accidentes y enfermedades profesionales, en términos de tiempo de trabajo, indemnizaciones abonadas a
los trabajadores, interrupciones de producción y gastos médicos".
Desde el Banco de Seguros del Estado (BSE), se informa que las estadísticas sobre la materia
disponibles al público (las actuales son de "uso interno") datan del año 2000, año en el que la institución
publicó por última vez "Análisis de Siniestros N°15", donde se detallan los accidentes por sector ocurridos
en el territorio nacional. No obstante se sabe que en 2007 se registró un pico de accidentalidad de los
últimos 10 años vinculados con el aumento de la actividad productiva. Entonces se registraron 45.000
siniestros, 75% de los cuales corresponden a accidentes de trabajo y 25% a enfermedades laborales. (El
País 24/02/2008).
Situación similar se encontró en las estadísticas del Área de Medicina Laboral del BPS, donde se
registran las certificaciones médicas por Incapacidad Laboral Temporal. Allí los últimos datos procesados
corresponden a febrero de 2000. Diferencias en los programas informáticos que utiliza la institución y que
desagregan al detalle la información -distinta agrupación de los rubros de actividad y diferente codificación
de las patologías- no permiten obtener datos de similares características y, por lo tanto, no son
perfectamente comparables.
Sin embargo, en el BPS "se mantienen las tendencias históricas", en cuanto a las enfermedades
prevalentes por grupo de actividad con la salvedad del rubro salud mental, donde se duplicaron las
certificaciones, pasando del 5,88% del total de consultas en el año 1999, al 13,1% el año pasado.
Desde la perspectiva de los trabajadores, la salud ocupacional es un tema de creciente interés, al punto
que fue planteado como preocupación en los Consejos de Salarios por 35 de los 57 sindicatos
registrados.
Actualmente, 9 de cada 10 denuncias que recibe el Pit-Cnt corresponden a enfermedades vinculadas con
el trabajo.
"Fundamentalmente están referidas a lesiones por esfuerzos repetidos (problemas osteomioarticulares y
problemas de espalda, como las dorsopatías), a problemas con la manipulación de productos químicos y
a alteraciones de la salud mental", explica Walter Migliónico, coordinador del Departamento de Salud
Laboral de la gremial.
Quien sufra un accidente o contraiga una enfermedad como consecuencia del trabajo que realiza, tiene
derecho a recibir atención médica e indemnización a través del BSE (Ley N° 16.074, ver servicio). Ahora,
para el caso de las enfermedades profesionales, la cobertura está limitada a 29 patologías, 26 menos de
las que sugiere la OIT, incluidas las referidas a la salud mental.
"El planteo histórico del Pit-Cnt es que se revise esa lista. Las enfermedades contraídas en el ambiente
de trabajo que son indemnizables son aquellas provocadas por riesgos físicos, químicos y biológicos, con
lo que de plano estamos descartando las enfermedades mentales", explica Migliónico.
Eso no significa que alguien con problemas psíquicos se quede sin atención; de hecho, ese tipo de
fenómenos se resuelve a través de Disse. Lo que sucede es que las enfermedades no se asocian con el
trabajo.
En febrero de este año, el BSE anunció su disposición a revisar y actualizar esa lista: "No caben dudas de
que determinadas enfermedades son profesionales y que es necesario incluir la salud mental de los
trabajadores en la cobertura", dijo a El País en aquella oportunidad Rodolfo Vázquez, director técnico de
la Central de Servicios Médicos de la aseguradora. La discusión entre las partes (que se reúnen
periódicamente) está centrada en establecer las pautas que den certeza sobre cuándo una enfermedad
tiene origen laboral y cuándo no.
MI PC. El trabajo cara a cara con la pantalla durante horas puede acarrear dos tipos de patologías: fatiga
visual (cuyos síntomas son las molestias oculares y los ojos rojos) y problemas osteomioarticulares
derivados de posturas incorrectas que se manifiestan en contracturas cervicales, musculares y dorsales;
así como tendinitis.
El diseño del puesto de trabajo es fundamental para evitar estas molestias, razón por la cual es
importante que las sillas se ajusten a la talla de la persona, que el asiento y el respaldo sean regulables y
que el teclado sea inclinable. Cuando la altura del asiento no permita al usuario descansar los pies, es
imprescindible un reposapiés. Para el cuidado de la vista es necesario un protector antirreflejo y que el
escritorio tenga un aspecto mate (no excesivamente claro u oscuro).
"Por otro lado, es importante no trabajar más de dos horas de forma continua sin hacer pausas", afirma
Fernando Tomasina, director del Departamento de Salud Ocupacional de la Facultad de Medicina.
Además de la pausa, hay que hacer ejercicios de elongación de cuello y tronco.
A juzgar por el ranking de certificaciones médicas del BPS, son pocos los uruguayos que trabajan con
estos parámetros: hasta febrero de 2000 (último dato disponible), las patologías osteomioarticulares
fueron la primera causa de certificaciones, con el 21,41% de un total de 91.039 casos.
¿Y POR CASA? La mayor cantidad de certificaciones médicas que emite el BPS son para trabajadores de
la salud (13,32% del total, unas 12.125 personas). Lo llamativo de ese dato es que el grueso de quienes
trabajan en el rubro tiene seguros convencionales que no se certifican ante Disse, por lo cual están afuera
de la estadística buena parte de los obreros. La lista de afecciones más comunes en la salud está
encabezada por las osteomioarticulares (20,12%), seguidas de las respiratorias (16,56%). En un informe
de su autoría, Tomasina sintetiza los problemas más comunes: "a) Riesgos biológicos (hepatitis B, C, HIV,
Tuberculosis); b) Gran diversidad de riesgos químicos (anestésicos, antisépticos, citostáticos); c) Riesgos
físicos, como las radiaciones ionizantes; d) Riesgos ergonómicos vinculados a la carga física, que en
algunos sectores, en particular auxiliares, es frecuente y causante de importantes dolencias y
ausentismos; e) Riesgos psicosociales que son de gran peso dentro del sector vinculados a la
organización del trabajo".
CAMPO. Los principales factores de riesgo de los trabajadores rurales están vinculados al microclima y al
trabajo a la intemperie (exposición a los radiaciones ultravioletas, quemaduras solares, cáncer de piel,
cataratas); a la exposición con químicos (plaguicidas); enfermedades de origen animal (zoonosis); y la
carga física inherente al trabajo que deriva en posturas forzadas (cuclillas, agachado o andar a caballo).
De un total de 53.650 accidentes laborales estudiados por el BSE en el bienio 2000/2001, 10.268
(19,14%) corresponden al sector "Agricultura, caza, silvicultura y pesca". La cifra es inferior a la cantidad
de accidentes registrados en la Industria Manufacturera (12.241/22,82%) y superior al rubro Construcción
(6.897/12,86%).
Los transportistas padecen mayoritariamente problemas osteomioarticulares (19,9%), respiratorios (15%)
y circulatorios (11,3%), según el BPS. La alta carga de atención que requiere el tránsito, sumado al hecho
de que se trabaja con público y en ocasiones en horario nocturno (ver servicio), deja a los transportistas
dentro del grupo de riesgo de enfermedades cardiovasculares. "Existe un trabajo que mostró cifras de
tensión arterial más elevadas en los choferes que en el resto de la población comparada", cuenta
Tomasina.
En la construcción, casi un tercio de las certificaciones médicas (29,5%) corresponden a patologías
osteomioarticulares, mientras que los traumatismos ocupan el segundo lugar con 19,4%. Paralelamente,
la mayor cantidad de accidentes regis-trados ante el BSE (bienio 2000/2001) corresponden a "golpes por
objetos móviles" (15,88%) y a "caídas a diferente nivel" (desde la altura al suelo) (11,67%).
Aquí y allá, gajes del oficio.
No fue posible obtener para esta nota entrevistas con autoridades del MSP y del MTSS, aún cuando se
hicieron gestiones desde el 30 de abril.
Hay riesgo para maestros
A la larga, dedicarse a la docencia puede ser tan dañino como caerse de un andamio. Según la
investigación sobre "Condiciones de Trabajo y Salud Docente" en Uruguay, Chile, Ecuador, México,
Argentina y Perú -realizado por Unesco y Facultad de Medicina- las principales enfermedades que
aquejan a 263 maestros de escuelas públicas urbanas son la disfonía (33,3%), la gastritis (30,9%), las
enfermedades de columna y respiratorias (no brinda datos pero la ubica tercera) y la cistitis (21%).
Además el 65,4% de los docentes percibe el dolor de espaldas como principal causa de malestar, el
45,7% relata angustia, el 44,4% dificultades para concentrarse y el 9,9% consume fármacos para dormir.
La investigación también detectó problemas locativos importantes que salpican la salud de los
educadores y explican algunos de los síntomas encontrados: falta de aislamiento acústico, mal estado de
las sillas, falta de señalización de seguridad y protección contra incendios.
Por otro lado, las estadísticas de certificaciones médicas del BPS en la enseñanza privada indican que la
causa más frecuente de ausentismo docente son las enfermedades respiratorias (17%), seguidas por las
osteomioarticulares (16,3%) y las complicaciones en el embarazo (13,1%).
"La maestra fue formada para educar y hoy día es educadora, socióloga, psicóloga, madre, padre, policía
y enfermera... ¿Esto no implica un deterioro de la salud mental?", se pregunta Walter Migliónico, del Pit-
Cnt. "Claro, esto no tiene la misma visibilidad que una explosión en una cantera de piedras o la caída de
un andamio", agrega.
Las cifras
65,4% De los maestros percibe el dolor de espalda como el principal malestar, 45,7% relata angustia y
9,9% toma somníferos.
2 Millones de personas mueren por año en accidentes o enfermedades relacionadas con el trabajo, según
la O.I.T.
4% Del producto bruto interno mundial (US$ 1,25 billones) se pierde en gastos derivados de accidentes y
enfermedades, según O.I.T.
29 Enfermedades profesionales contiene la lista del BSE según la cual una patología es considerada o no
de origen laboral.
55 Enfermedades profesionales tiene la lista ampliada de O.I.T. que Uruguay no ha reconocido y dentro
de las cuales están las mentales.
900 Millones de pesos fue lo que gastó el BSE en 2007 por concepto de indemnizaciones y gastos
médicos derivados de accidentes y enfermedades laborales.
El dato
Trabajo nocturno vs. la biología
Los turnos de la noche son una carga adicional porque rompe los ciclos biológicos de descanso ("ciclo
circadiano"), que indican que con las primeras luces del día el cuerpo se prepara para la alerta gracias a
la elevación de determinadas hormonas que ponen a punto el cuerpo para ejecutar tareas. Esa alerta
disminuye al llegar la noche. "Se sabe que en la noche aumenta la fatiga. Incluso, existen estudios que
plantean una aceleración del envejecimiento que estaría vinculado con la carencia de una adecuada
recuperación", dice Tomasina. Por esa razón, la OIT recomienda una disminución del trabajo nocturno
cuando no se trate de servicios esenciales. Otra contra es que rompe con ciclos sociales. Las alternativas
sugeridas son: contar con modelos de organización que recuperen o aumenten los tiempos de descanso
o implementar turnos rotativos. "Ninguna sustituye el trabajar de día, pero son atenuantes", dice
Tomasina.
La ley vigente y la capacitación
La Ley N° 16.074 declara obligatorio el seguro de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales e
indica que, de suceder, "todo patrono es responsable civilmente" por sus obreros.
El BSE es la entidad encargada de prestar atención médica y abonar las indemnizaciones
correspondientes, "con independencia de que sus patronos hayan cumplido o no con la obligación de
asegurarlos. Ello sin perjuicio de las sanciones y recuperos a que hubiere lugar".
No se considerará accidente de trabajo el que sufra la persona "en el trayecto al o del lugar de
desempeño de sus tareas, salvo que: a) estuviese cumpliendo una tarea para el patrono, b) que éste
hubiera tomado a su cargo el transporte del trabajador, c) que el acceso al establecimiento ofrezca
riesgos especiales.
Se considera enfermedad profesional la causada por agentes físicos, químicos o biológicos, utilizados o
manipulados durante la actividad laboral o que estén presentes en el lugar de trabajo.
El BSE brinda cursos de capacitación en prevención que son gratuitos para sus clientes. "Cada uno
abarca un tema diferente y están dirigidos a mandos medios operativos", explica Giselle Santellán,
gerenta del dpto. de Riesgos Laborales y otros.
Los cursos constan de 37 módulos sobre prevención de riesgo generales y 5 sobre prevención en
seguridad vial. Las clases reciben un promedio de 70 alumnos. Se percibe un creciente "interés" por parte
de los clientes.
La mayoría de los concurrentes trabajan en Pymes.